La mentira utilizada con intencionalidad, en cualquier
ámbito, constituye un peligroso mensaje, una actitud violenta y un pensamiento
de desprecio por sí mismo y por los demás. Apelar a este tipo de comunicación
tiene consecuencias ulteriores y con un alto grado de perjuicio al entorno
cercano y a la sociedad.
Omar Lillardo Alonso (*)
Quizá pueda parecer extraño que haya Personas que, entre
otros instrumentos, empleen esta manera de relacionarse con los demás. No
pensar ni evaluar que puede ser nocivo para quien esgrime esta comunicación en
su provecho muestra un total desapego emotivo y relacional pudiendo, entonces,
esperar cualquier acción actica o reactiva que lesione real y efectivamente.
Las definiciones de la Mentira y sus efectos nos van
permitir una mejor y mayor comprensión del riesgo de su utilización y el
peligro que representa.
Mentira
Una mentira es una declaración realizada por alguien
que tiene la convicción de que es falsa en todo o en parte, esperando que los
oyentes le crean, ocultando siempre la realidad en forma parcial o total. Una
cierta oración puede ser una mentira si el interlocutor piensa que es falsa o
que oculta parcialmente la verdad. En función de la definición, una mentira
puede ser una falsedad genuina o una verdad selectiva, exagerar una verdad o
incluso la verdad, si la intención es engañar o causar una acción en contra de
los intereses del oyente. Las ficciones, aunque falsas, no se consideran
mentiras, Mentir es decir una mentira, A las personas que dicen una mentira,
especialmente a aquellas que las dicen frecuentemente, se las califica de
mentirosas. Mentir implica un engaño intencionado y consciente. Tiene como
sinónimos: embuste, bola, calumnia, coba o falacia.
Efectos de la Mentira en el cerebro
Mentir es faltar a la verdad a sabiendas de que lo
estamos haciendo. Se trata de afirmaciones falsas que crean una idea o una
imagen falsa también. Las personas, cuando mienten, lo hacen porque consideran
necesario ofrecer una imagen diferente de la realidad, con la que no están
conformes. La máscara que proporciona la mentira permite crear la imagen de
nosotros mismos que queremos trasmitir. Sin embargo, esta máscara es
inconsistente, ya que una mentira lleva a la creación de una larga cadena de
ellas que permita sostener la certeza de la primera, lo cual produce miedo a
perder la imagen falsa que se ha creado y supone una tensión continua para el
mentiroso en cuestión, además de un importante desgaste de energías, ya que es
necesario contar con una buena memoria para no contradecir las mentiras
anteriores.
Las personas que mienten generan mundos
inconsistentes y relaciones poco sólidas que resultan difíciles de modificar.
Dos rasgos prevalecen en quienes optan por la mentira frecuente: baja
autoestima y egoísmo exagerado.
Norberto Abdala
-
Psiquiatra Universitario, UNBA.
-
Magister en Psiconeuroendocrinología. UCBM.
-
Profesor Consulto de Psiquiatría, Facultad de Medicina, USAL.
Estos conceptos nos permiten alejarnos de aquellas pequeñas
omisiones o tergiversaciones temporales que, en determinadas circunstancias,
utilizamos para generar efectos positivos como, por ejemplo, sorprender a
alquilen en su festejo de cumpleaños.
Pero también deben alertarnos de los riesgos que nos acechan
si aceptamos como válida la comunicación de quienes utilizan la mentira como
recurso permanente para lograr sus objetivos personales o grupales.
Si prestamos atención vamos a observar que es más usual de
lo que pensamos. Podemos así visualizar que está presente en todos los ámbitos
sociales y laborales. Incluso, en este último ambiente, pueden verse
situaciones que nada tienen que ver con el profesionalismo que debiera
acompañar a Personas que se presentan como tales.
Según los especialistas, la mentira es un elemento tóxico y
enferma, particularmente, a quienes conviven con la Persona que la esgrime:
aumenta la presión arterial, la frecuencia cardíaca y respiratoria, entre las
consecuencias factibles.
Detectar la mentira requiere agudizar la atención,
especialmente en los datos que suelen acompañar la ficción que ella genera,
motivo por el cual habrá que constatar, luego y con calma, la veracidad de los
mismos. Con esta certeza, una vez comprobada, comenzar a refutar cada una de
las “versiones” que la Persona plantee.
La experiencia de manejarse siempre con la verdad, aunque en
algunas ocasiones sea dolorosa, permite acceder al buen aprendizaje que nos
ofrecen las distintas alternativas que se suceden a lo largo de nuestra
existencia terrenal. El atajo que, aparentemente, ofrece la mentira, no es más
que una puesta en escena de algo que no es real y que, de una u otra manera,
termina siendo develado, destruyendo definitivamente aquello que podemos
graficar como un “castillo en el aire” (significa ser fantasioso, pensar en
imposibles; algo así como hacer planes en la nada).
A estar atentos entonces y no aceptar la mentira permanente
que, sin duda, perjudica a quienes la permiten o soportan.
(*) Comunicador Social, Escritor
Director Asociado de Grupo Co.S.M.O., Consultoría y
Capacitación Empresarial http://grupocosmo.wordpress.com/
Co Editor del Portal Empresarial Estrategia & Negocios www.estrategiaynegocios.com.ar
No hay comentarios.:
Publicar un comentario