Sabías...

A modo de bienvenida les dejo el significado de mi nombre y los invito a sumarse con sus textos, cuadros, música y cualquier creación que nos permita enriquecer el alma


Omar


Nombre Masculino de origen Árabe: Que tiene larga vida.

Caracteristicas : Es racional, estable y usa su sentido común para resolver todas las situaciones

que se le presentan. Es generoso y amable con los demás.

Amor : Es leal y detallista con su pareja cuando quiere de verdad.

jueves, 31 de marzo de 2011

Del Vamo y Vamo al Todos Ponen


En el ámbito de la capacitación, especialmente empresarial, es habitual que los coach, facilitadores o capacitadores, hagan referencia a la fórmula Ganar / Ganar (Vamo y Vamo en versión criolla), ya que ha permitido alcanzar objetivos que, de otra manera, tendrían mucha mayor dificultad para obtenerlos. En nuestro País esto ha mutado por el Todos Ponen (los giles, es decir nosotros, siempre vemos la misma cara de la perinola), para que otros, muy pocos y muy bien organizados, puedan obtener sus objetivos sin ningún esfuerzo.


Ganar/Ganar: Definición
La Fórmula  Ganar/Ganar es una estructura de la mente y el corazón que constantemente procura el beneficio mutuo en todas las interacciones humanas.

Ganar/Ganar significa que los acuerdos o soluciones son mutuamente benéficos, mutuamente satisfactorios. Con una solución de Ganar/Ganar todas las partes se sienten bien por la decisión que se tome, y se comprometen con el plan de acción.

Ganar/Ganar ve la vida como un escenario cooperativo, no competitivo.
La mayoría de las personas tiende a pensar en términos de dicotomías: fuerte ó débil, rudo o suave, ganar o perder. Pero este tipo de pensamiento es fundamentalmente defectuoso. Se basa en el poder y la posición, y no en principios.

Ganar/Ganar, en cambio, se basa en el paradigma de que hay mucho para todos, de que el éxito de una persona no se logra a expensas o excluyendo el éxito de los otros. Ganar/Ganar se basa en la creencia de que existe una tercera alternativa. No se trata de tu éxito o el mío, sino de un éxito mejor de un camino superior.

A partir de estas pautas tan simples y tan ciertas, queda claro que la única manera de aplicar esta fórmula pasa exclusivamente por nosotros.

Dicho esto a partir de los datos de la realidad porque:
¿Qué mensaje les damos a nuestros hijos o nietos cuando no respetamos las reglas?
¿Qué puede pensar un niño o adolescente cuando su padre cruza un semáforo en rojo?
¿Qué otra cosa que copiar lo que hacemos los adultos es lo que hacen los jóvenes?
¿Cuál es el mérito que nos lleva a recibir un título académico u ocupar lugares importantes en cualquier organización?
¿Cuál es la ponderación de valores éticos y morales que exhibimos con nuestra conducta cotidiana?
¿Cuál es, entonces, nuestra creencia sobre la Vida?

Cuando alguien pasa un semáforo en rojo no es culpa de los malos dirigentes (del sector que prefieran: trabajadores, empresarios, ONG, políticos, religiosos), sino de cada uno de nosotros que aceptamos esa falta tan grave, que puede terminar con la Vida de una u otras Personas, como algo “normal”, “habitual”, usando una muletilla demasiado vieja y totalmente falta de compromiso social: “¡Qué le vamos a hacer!”

¡¡¡NO!!! ¡¡¡Basta de excusas!!!

¡¡¡Asumamos de una vez por todas las responsabilidades que corresponde para cumplir con nuestros Deberes, en igualdad de condiciones!!!

¡¡¡Los Derechos tienen razón de ser cuando son iguales para todos: Sin Excepciones!!!

¿Qué debemos y qué podemos hacer?

Retomar la conciencia colectiva que nunca debimos haber perdido ni dejado en manos de gente inescrupulosa, a la que solo le importa SU situación, al margen de los medios que tengan que utilizar para conseguirla. Por lo tanto, la solución es re-unirnos en torno a los valores sociales que supimos conseguir con esfuerzo, sangre y dolor y que forman parte del legado de nuestros mayores - si es que realmente nos importan nuestros mayores -, además de transmitírselos a nuestros hijos tal como ocurría cuando los pueblos hermanos nos miraban con respeto y sana envidia.

La inacción y la desidia actuales, no tengan ningún tipo de dudas, representan la decadencia que tanto escucho cuestionar… pero que solo es eso: declamación (de la boca para afuera, según la sabiduría popular).

Mientras tanto, como dice un amigo leal, “ellos tienen 24 horas para pensar como nos roban”.
Solo que ahora, con la liberación territorial del Estado Nacional, la inserción social de las adicciones le agrega un grado de violencia tal que ya no admite más palabrerío de ninguna de las Personas que realmente nos sentimos dignos de ser Argentinos, a la vez que nos demanda asumir nuestra calidad de Ciudadanos Responsables sin violencia, con la prudencia que haga falta tener y con el coraje cívico necesario para exigir que quienes detentan el Poder lo hagan válido para defender a la Ciudadanía en general y no a los delincuentes ¡¡¡cualquiera sea su grado de incumbencia en el delito y al margen del nivel social que tengan!!!

¿Hacen falta más palabras? No, sería continuar con la modalidad que he mencionado como incorrecta y borrar todo lo que he escrito porque así lo pienso y así actúo.

Gracias por leerme. Espero comentarios 

lunes, 28 de marzo de 2011

Japón y Argentina: así somos

¿Qué podemos hacer por nosotros? ¿Cómo podemos comunicarnos?
Todos, de una u otra manera, hemos asistido a uno de los mayores hechos naturales de la historia de La Tierra y de la Humanidad: el temblor y el tsunami de Japón el pasado 11 de marzo y la devastación que produjeron. Del mismo modo estamos asistiendo a la recuperación de ese Pueblo con admiración y una pregunta: ¿qué haríamos nosotros si nos ocurriera algo así?


Ellos en sólo seis días reconstruyeron una autopista, la carretera de Gran Kanto; no hubo desorden ni saqueos; no usaron las bocinas de los vehículos para solicitar un paso que, sin duda, era imposible; todos se mantienen calmos y esperando las indicaciones de sus autoridades.

Nosotros nos estamos destruyendo unos a otros sin piedad, sin reconocernos como iguales, acuciados y extorsionados, todos los días y a toda hora, por las exigencias ya desmedidas de “nuestros dirigentes”, sin excepciones, lo cual nos lleva a “vivir” angustiados y exhaustos ya de tanto maltrato… mientras vemos como el País crece, realmente crece en muchos aspectos, pero como somos fieles a la historia de los últimos 60 años la mayoría del Pueblo “lo mira por TV” (lo miramos), especialmente por el impulso casi descontrolado que provoca el gobierno nacional sin que nadie haga nada, perdón: sin ninguno de nosotros (todos los argentinos) hagamos nada para frenar esta locura que nos invade sin miramientos.

¿Qué podemos y debemos hacer?
Como siempre, mi opinión es solo eso, también una sugerencia, moción o propuesta, dele el nombre que quiera,  porque solo se trata de una persona como cualquiera otra en el mundo que expresa lo que piensa y siente sin temor, porque ¿qué más deben hacernos para que realmente reaccionemos sin el miedo que paraliza a muchos?

Pues bien, comenzar, porque aún no lo hemos hecho, a expresar nuestro hartazgo sin violencia, sin amenazas, respetando al otro, a los demás, como si se tratara de nosotros mismos, de cada uno.

Hay, gracias a la tecnología, redes sociales que nos lo permiten a quienes tenemos esa posibilidad.
Para quienes no lo tienen podemos utilizar el viejo para nada perimido boca – oreja, o face o face (cara a cara, ¿vio?), el diálogo que nunca debemos ni podemos permitirnos perderlo.

Es imprescindible, si realmente queremos cambiar un viejo y resentido modelo de comunicación que nos hace tanto mal a todos, porque también termina afectando de mala manera a quienes los practican aunque no reconozcan que eso ocurre.

Además, retomar el otro “viejo modelo” que trajeron nuestros abuelos y bisabuelos y que, sin que nadie se los impusiera “mezclaron” con el que cultivaban los abuelos autóctonos.

¿Por qué me expreso así?
Busquen en su árbol genealógico y después díganme en que familia no hay al menos una Persona de los Pueblos Originarios.

Es un dato importante en nuestras vidas, pero por la incidencia de las Familias Patricias de nuestra Argentina, deberíamos ser todos rubios y de ojos celestes, dicho esto con el mayor respeto por las Personas cercanas a mí, a quienes quiero y aprecio sinceramente y que tienen esas características.

Retomando las posibles acciones debemos también coordinar con nuestros vecinos para asistirnos ante el menor inconveniente, muy lejano en importancia e incidencia al hecho ocurrido en Japón.

No se trata de convertirnos en japoneses sino en volver a nuestros orígenes y a retomar nuestros valores, para retomar un camino que no debimos haber abandonado.

Tampoco se trata de reprocharnos duramente por nuestros errores, simplemente reconocerlos para no volver a cometerlos una y otra vez como en los últimos tiempos.

La memoria es vital, pero no puede ni debe ser selectiva porque entonces dejaríamos de reconocer algunos de esos errores y volveríamos a caer.

Otro elemento importante es no discriminar a nadie y transitar la senda de la inclusión sin excepciones, incluso la de aquellas Personas que nos han hecho daño, para también saber que no debemos darle un lugar dirigencial.

¿Podemos intentarlo?

Espero comentarios. Gracias por el tiempo y la atención

lunes, 21 de marzo de 2011

Los empresarios y su dilema en Capacitación ¿gasto o inversión?


En nuestra región es común, ante una propuesta de Capacitación, recibir respuestas que esconden la duda permanente entre la necesidad, las posibilidades concretas, la utilidad  y la decisión para resolver el tema, aún conociendo el efecto potencial que genera si, en la práctica, se aplica lo aprendido para transformarlo en aprehendido. .

Un número importante de empresas, especialmente en momentos de crisis, presentan dos comportamientos frecuentes:
El primero es recortar recursos del rubro de capacitación
El segundo, invertir los disminuidos recursos en cursos de capacitación aislados y no en programas de aprendizaje

La capacitación enfatiza en contenidos, el aprendizaje enfatiza en procesos.
·         En capacitación la pregunta más frecuente es qué se enseña.
·         En aprendizaje la pregunta más importante es qué se cambia.
·         En capacitación la actitud suele ser receptiva. En aprendizaje aplicativa.

Se espera que quien reciba la capacitación, tenga el criterio suficiente para incorporar los conocimientos en el trabajo. Unos meses después es poco lo que se recuerda de la capacitación y menos aún de la contribución de la misma al desempeño, en tanto y en cuanto no sea utilizada como herramienta de transformación aplicada a la mejora continua. Dicho esto sabiendo, y dado por sobreentendido que la mayoría de los empresarios lo conoce, que las empresas consideradas “exitosas” así lo hacen y siempre hay que mirar estos ejemplos para, de acuerdo a las posibilidades particulares, aplicarlas en la medida que cada empresa pueda hacerlo.

La recomendación principal de este artículo no es la de modificar el nombre “programas de capacitación” por el de “programas de aprendizaje”. De nada sirve un nombre nuevo para una práctica antigua. Por ejemplo, cuántas oficinas de gestión humana no son más que oficinas de personal con un nombre nuevo.

El propósito de este escrito es sensibilizar al lector sobre la necesidad de profundizar en el concepto aprendizaje organizacional, como estrategia de mejoramiento de la competitividad, en una mejor relación costo-beneficio, que la tradicional capacitación empresarial, en especial cuando la misma se imparte de acuerdo al humor del empresario y no sobre la base de un diagnóstico y de una planificación adecuada a las necesidades reales. 

Aún cuando las organizaciones sólo aprenden a través de individuos que aprenden, el aprendizaje individual, no garantiza el aprendizaje organizacional. Adicionalmente, el aprendizaje en las organizaciones no es la sumatoria de los aprendizajes de sus miembros. Las organizaciones desarrollan visiones, valores, conceptos y desarrollos propios, que tienden a permanecer, independientemente del ingreso y retiro de talento humano (Hedberg, 1981).

Peter Senge (1992), quizás el autor más conocido en el área, define una organización que aprende, como “aquella que expande continuamente su capacidad para construir futuro. Es la integración de talentos y funciones, en una totalidad productiva”.

Una organización que aprende, como lo plantea Marquardt (1996), “es una organización que aprende colectivamente y se transforma continuamente, para recoger, gestionar y utilizar mejor el conocimiento, para el éxito de la empresa”.

O en palabras de Aramburu (2000), “el aprendizaje de la organización está asociado tanto al cambio del comportamiento organizativo como a la creación de una base de conocimiento que lo soporte”.

El aprendizaje organizacional puede ser posible a través de la capacitación, sólo sí existe un ejercicio disciplinado sobre el alcance de los contenidos en relación con procesos de cambio. Por otra parte, la capacitación tradicional, no es ni la única ni la mejor estrategia de aprendizaje organizacional.

Hoy es posible aprender dentro de la empresa o entidad, si existe la cultura del compartir, entendida como el intercambio de información y conocimiento. Desafortunadamente, aunque para unos compartir es una oportunidad de desarrollo, para otros es un riesgo asociado con la pérdida de poder (Castañeda, 2002).

En nuestro contexto y teniendo en cuenta los breves y muy resumidos conceptos teórico -.prácticos, es este un artículo de opinión que conlleva la sana intención de hacer reflexionar a quienes han asumido el compromiso de conducir y gestionar un emprendimiento, de manera tal que puedan evaluar  el tema expuesto con la visión de un empresario que, como señala el Dr. Atilio Penna, “.. tiene la tarea de trabajar como empresario, algo que debe hacer todos los días y que no se ve, porque debe traducirse en acciones concretas y positivas para la empresa”.



Una frase memorable
"La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica". Aristóteles

martes, 8 de marzo de 2011

Mensajes de Fuego

En este Día y en este Mes de la Mujer, aún sabiendo que todos los días ellas ocupan un lugar destacado en nuestras vidas, me propongo analizar qué tipo de mensaje emitimos y recibimos como género y como sociedad.

En los primeros días de este año 2011 asistimos a hechos que, según los especialistas, son más numerosos que en  todo el año anterior. Se trata de ataques incendiarios sobre mujeres.

Es muy difícil de entender por parte de un hombre que ha sido bendecido por el amor de la mujer - como novia y esposa, como madre, como hija, como abuela, como tía y como amiga -, porque es otro el mensaje que he recibido, porque es otro el camino que he transitado y otro muy distinto el concepto del sentimiento y las formas de expresión del mismo.

Debe tratarse entonces de personas muy enfermas… pero a la luz de los distintos hechos cotidianos, que llegan a nosotros a través de la información de los medios o del relato social, podría decirse que estamos ante una sociedad con síntomas patológicos  y con doble personalidad.  Por un lado la de la importancia de la Mujer como eje de la Familia y por otro de la Mujer como objeto,  sea este de uso sexual o de simple exhibición como trofeo.

¿Dónde queda entonces su importancia como generadora de la Vida?
¿Dónde están o qué lugar ocupan los sentimientos hacia nuestra madre, nuestra pareja, nuestros hijos o  hijas, etc., etc., cuando la agresión parece convertirse en lo más importante y no solo una moda circunstancial?

Duele decir que este tema está presente desde los orígenes de la vida humana y que basta con recurrir a la historia de las relaciones para encontrar mucho más que numerosos antecedentes de esta naturaleza.

En este tiempo que nos toca compartir, sabiendo que casi nada pasa desapercibido y que “no se puede tapar el sol con la mano”, más temprano que tarde la violencia familiar desborda y aparece ante nuestros ojos con una crudeza inusitada.

Muchos de estos casos siguen el camino de una crónica anunciada, donde todos sabemos pero no podemos o no queremos hacer nada, comenzando por la propia víctima que niega o consiente que así sea - incluso contra sus propios hijos que siempre son testigos de los hechos y que muchas veces arrastran y sufren consecuencias nada deseables en sus vidas, especialmente la disgregación de la Familia original y, muchas veces, la que intentó construir.

¿Dónde está el Estado para intentar, al menos, reducir los efectos nocivos de este flagelo?

Lo encontramos en las fotos de los Días Especiales o en algún hecho puntual o social.
Aclarando que entendemos por Estado al Ejecutivo, al Legislativo y al Judicial en todos sus niveles, dicho esto sabiendo que intendentes o gobernadores o fiscales o jueces suelen utilizar la muchos  muy conocida frase “no es mi jurisdicción”, debiendo recordarles que “su jurisdicción” es la de representarnos a todos y si no es de “su competencia” buscar las herramientas y transitar los caminos que sean necesarios para encontrar la solución. Resumiendo: Gestionar.

Mientras tanto, algo podemos hacer.
Podemos no callarnos y acudir en ayuda de quién lo pide.
Podemos ayudar a quién esté inmerso en esta problemática y no enjuiciarlo antes de buscar soluciones.
Podemos exigir que quienes dicen representarnos se corran de la foto y, a la vez que le dan lugar a los especialistas, comiencen a transitar el camino del Compromiso Social y aportar soluciones concretas.

A modo de aporte y como cierre de este artículo les dejo una frase de mi Madre:
“No te olvides que tu Madre es Mujer”

Gracias por leerme y espero comentarios.