A horas de una renovada decisión histórica que, aunque
alguien no quiera y lo niegue, nos ubica en un cambio de ciclo. Un nuevo inicio
de un nuevo proceso que se repite cíclicamente porque no hemos aprendido a
discernir entre lo importante y lo superfluo lo cual, lamentablemente, impide
un crecimiento responsable y sostenido como Pueblo y como Nación.
Desde el ámbito de la Comunicación Social sabemos que una Persona
recibe, hoy y en menos de 24 horas, la misma información que recibía en un año quien
vivió a comienzos del Siglo XX.
Si a eso le agregamos una notoria pérdida de caudal de
sabiduría, cualitativa y cuantitativa, por haber perdido la noción de la
realidad que nos rodea, por habernos dejado llevar por el exitismo temporal sin
darnos lugar a pensar en lo importante y en cucales son las prioridades, además
de no involucrarnos, en general, apelando a diversas excusas en beneficio de
objetivos volátiles y sabiendo, por
estricto apego a la supervivencia, no forma parte de la evolución que todas las
Personas nos merecemos y para la cual estamos diseñados.
Además, aquella marea informativa, señalada anteriormente,
nos apabulla si no estamos preparados y tenemos instrumentos para filtrarla,
evaluarla y formar Nuestra Opinión, donde confluyen la base educativa familiar,
las herramientas didácticas de la escolaridad, la experiencia aquilatada y los
conocimientos y prácticas adquiridas por decisión y esfuerzo personal y/o
colectivo.
Este último concepto, junto a los Valores que aplicamos en
todos los ámbitos, son los que definen nuestra decisión:
Por convicción
(sería lo adecuado y lógico)
Por conveniencia
(es lo que observamos cotidianamente)
Por desidia
(ausencia total de conciencia ciudadana)
Estas simples definiciones reflejan la generalidad de la conducta
social que, mayoritariamente, percibimos. Aun así, no contemplan la esencial
puesto en foco del futuro, a largo plazo, elemento que remite a una
planificación, ausente en los ámbitos de la gestión pública la cual es,
precisamente, la se define con el voto.
Vale aclarar, una vez más, que Votar no es Participar… y esta
es una materia pendiente de la mayoría de la Comunidad Argentina.
Los resultados los conoceremos con retraso porque hemos
involucionado en la mayor parte de los Servicios Públicos, como consecuencia de
políticas erráticas y la prioridad otorgada al amiguismo que todo lo estiriliza.
Con todo este bagaje de desprestigio, por descuido primero y
posterior destrucción de las Instituciones de la República después, cabe señalar
que el arrepentimiento tardío, cuando la realidad ineludible borre con dolor
popular las incongruencias acumuladas, no debe sorprendernos porque ya lo
sufrimos y es evidente que no hemos aprendido.
Como dice León Gieco en Los salieris de Charly:
Es mi país, es un país
esponja
se chupa todo lo que
paso
Vivimos de manera circular, repitiendo errores y horrores,
hasta que alcancemos la honradez intelectual necesaria para vencer la
hipocresía del ‘sálvese quien pueda’ para convertirla en una construcción
colectiva de iguales.
Solo debemos esperar el Mensaje del Pueblo, aunque quien
suscribe no cree que sea el momento indicado para comenzar a cambiar nuestra
historia, la que escribimos todos los días, con la humilde intensión de pedir
disculpas si me equivoco y rogando que así sea.
(*) Comunicador
Social, Escritor
Autor del libro digital de poemas VIVENCIAS
Director Asociado de Grupo Co.S.M.O., Consultoría y
Capacitación Empresarial http://grupocosmo.wordpress.com/
Co Editor del Portal Empresarial Estrategia & Negocios www.estrategiaynegocios.com.ar
Me gusta, es lo que todos pensamos!
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