No actuamos como nos expresamos
Los Argentinos nos mostramos como lo que nos gustaría ser y
entramos en una colisión enorme, casi terminal, con lo que somos y no
aceptamos. Nos queremos parecer a los países del primer mundo pero no aceptamos
que las reglas de juego sean iguales para todos. Desde un punto de vista interno
elegimos al Viejo Vizcacha y no a Martín Fierro.
Este último concepto refiere a que preferimos lo fácil y
rápido por sobre el esfuerzo en el tiempo para alcanzar objetivos, incluso sin importarnos
los costos.
Puesto en un esquema de valores:
decimos
que nos importan nuestros hijos y nietos aunque les dejemos las deudas - no sólo
económicas - a ellos
somos
solidarios cuando nos tapa el agua pero mientras tanto pasamos por encima de
todos y de todo
decimos
que amamos nuestro suelo pero no lo cuidamos ni nos comprometemos cuando algún
funcional lo depreda o lo vende… con beneficio propio incluido
nos
regodeamos cuando pasa algo grave en otro lugar de la tierra y no nos ocupamos
de que no pase acá… y si pasa es culpa de otro/s
decimos
que tenemos los mejores paisajes y climas pero vamos de vacaciones a otros
paises
nos
golpeamos el pecho cuando algún argentino o argentina obtiene un reconocimiento
o premio a nivel mundial pero no generamos los ámbitos para que se desarrollen aquí
decimos
que somos el resultado de la mezcla de Pueblos y no valoramos ni damos lugar a
nuestros aborígenes
…. podría señalar muchos, casi infinitos, ítems pero
prefiero ir al último logro argentino (de la decadencia):
No podemos ni siquiera jugar entre nosotros porque no nos
valoramos y nos dejamos llevar por la violencia, con consecuencias
imprevisibles. Nos olvidamos de jugar
Tanto hemos caído en nuestra propia valoración como Personas
que no nos preocupamos por mantener limpia la casa de todos. Basta para ello con
dos ejemplos: los residuos en las banquinas de rutas y autopistas; o el estado
en que dejamos un lugar de encuentro religioso (campito de la Virgen de San
Nicolás) plagado de bolsas y papeles.
Lo triste es que si vamos a otro país, donde las reglas se
cumplen, nos ‘portamos bien’.
El más grave de los hechos que nos pinta comos somos, en cuanto a la inmediatez y sus
concecuencias, es no respetar las señales de tránsito ni las velocidades
permitidas por norma.
¿Conocemos o estamos informados de los riesgos y cómo
debemos condurcir?
Consecuencias de Accidentes según la Velocidad
Sugiero leer los informes de los siguientes links (hay
muchísimos más para obtener info):
Así somos, decimos que sabemos lo que
hacemos y hacemos todo lo contrario que decimos saber, dejando de lado al
sentido común.
Qué debe pasar, entonces, para que nos demos cuenta que así
no podemos seguir pues corremos el riesgo de desaparecer como País y como
Nación.
Seguir escuchando los ‘cantos de sirenas’ nos van permitir
flotar en el éxtasis virtual de la inconsistencia. La verdad de la realidad la
sufrimos y tratamos, siempre, de esquivarla aunque sepamos que no podemos. El dolor
del golpazo y el hacerse cargo de una nueva fiesta ya lo conocemos. Ojalá tengamos
una instancia donde podamos aplicar las enseñanzas - si es que realmente las
incorporamos cmo tales - para no repetir cíclicamente los mismos errores.
(*) Comunicador
Social, Escritor
Autor del libro digital de poemas VIVENCIAS
Director Asociado de Grupo Co.S.M.O., Consultoría y
Capacitación Empresarial http://grupocosmo.wordpress.com/
Co Editor del Portal Empresarial Estrategia & Negocios www.estrategiaynegocios.com.ar
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