Los expertos más reconocidos del mundo, en temas
empresariales y puntualmente en cuanto a Capacitación, recomiendan a las PyMES
emular, en la medida de sus posibilidades, a las grandes empresas. Más aun cuando
se atraviesan épocas de crisis, donde abocarse a esta temática y capacitar a su
gente, ya que la excusa de “falta de tiempo” es la menos indicada para
enmascarar decisiones en sentido contrario. La pregunta clave sigue siendo: ¿Gasto o
Inversión?
La sabiduría popular dice que “el hilo se corta por lo más
delgado” ¿será entonces que no se asume el rol de empresario? ¿qué debe pasar
para que se comprenda que es una herramienta de retención y/o fidelización?
¿acaso no son mayores los “gastos” que demanda un retiro y una puesta a punto
de un nuevo integrante de la plantilla?
Quienes nos dedicamos, responsablemente, a Capacitación
Empresarial a PyMES, sugerimos cada evento como “Inversión”. Crean o no es
realmente así en la práctica a conciencia, donde efectivamente se aplican algunas,
al menos, de las técnicas sugeridas. La experiencia
indica, en la devolución posterior o en un nuevo evento, que su uso ha permitido
solucionar dificultades o problemas que, en principio, se presentaban como “imposibles”,
incluso en empresas familiares (que conllevan una carga adicional cuando no se
gestionan como ‘Empresa’ y se las separa del ámbito familiar).
Claro está que siempre se recomienda comenzar por el principio
(algo que suena y parece obvio pero es aplicado en pocos casos). Ese principio
es una Encuesta
de Clima Organizacional (ECO), bajo las características y
presupuesto de cada empresa. A partir del análisis de las respuestas, anónimas, podemos
elaborar un orden
de prioridades que va determinar temas y
objetivos.
Estos temas se abordarán de acuerdo con los objetivos que
cada empresa defina y permitirán evaluaciones permanentes, indispensables
cuando se ha decidido dar vuelta la página de su historia, como empresa, y
comenzar a transitar un nuevo modelo de Gestión.
Dicho de esta manera aparece como un proceso de fácil
implementación y no lo es. Requiere una planificación meditada con los
consultores que, a esta altura de los acontecimientos, son los más interesados
en que la experiencia sea positiva. El monitoreo, debo insistir con este punto,
es permanente, ya que el uso de esta metodología permitirá correcciones en
tiempo y forma.
Del mismo modo se recomienda una actualización periódica de
la ECO, habida cuenta que estamos hablando de procesos y situaciones dinámicas
que incluyen el crecimiento desigual de las Personas (Directivos y Empleados),
cambios constantes del contexto socio – económico – empresarial y laboral
(conocido popularmente como incertidumbre o ‘como la Vida misma’).
Esto debe llevar a pensar serenamente en la implementación
de un proceso innovador, que permita un control razonable y con sentido común que
incluya una fluida interacción con todo el Personal: sentirse incluidos es algo
que pocas empresas aplican y que representa real y efectivamente un plus moral
y un inventivo motivacional importante.
Queda entonces a criterio de cada empresario PyME si evalúa
la Capacitación como Gasto o Inversión, además de aplicar un deja
vú que, como sabemos, nos va a aportar una mayor cuota de Incertidumbre.
Sugiero leer también: Los empresarios y su dilema en Capacitación ¿gasto o inversión?
(*) Comunicador Social, Escritor
Director Asociado de Grupo Co.S.M.O., Consultoría y
Capacitación Empresarial http://grupocosmo.wordpress.com/
Co Editor del
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