En un año electoral y en un contexto donde intervienen
diversos aspectos - tales como la economía doméstica, el empleo, la inflación,
la inseguridad, por citar algunos – que generan mucho ruido en la comunicación
entre los políticos y la gente, es necesario aportar una mirada técnica sobre
la Comunicación que recibimos.
Por Omar Lillardo Alonso (*)
Como tantas otras disciplinas, desde lo teórico y desde la
práctica, la Comunicación puede tomar diversas formas y ”partidizarse”, pero no
tiene la posibilidad fáctica de dividir las opiniones en buenas y malas,
óptimas o desechables. Esa será tarea del público quien, luego de escuchar
todas las opiniones y todas las palabras vertidas en los medios - ninguno de
ellos puede atribuirse la calidad de innocuo - formará su opinión que, al
vertirla públicamente, pasará a ser parte de la opinión pública.
Esta puede coincidir con la “agenda” que pretendan imponerle
- de uno, de otro o de diversos lados (léase grupos partidarios) - o alejarla
de la agenda real y cotidiana transformándola en resistencia popular y, como
consecuencia, generando lo que se conoce como “volatilidad” de los sufragios.
Algunos Conceptos de Comunicación
Política
El incremento de intrusión de los medios de
comunicación en el proceso político no es necesariamente sinónimo de
ìabsorciónî de las instituciones políticas - gobiernos, partidos, dirigentes,
movimientos - por parte de los medios.
Por otro lado, la intrusión mediática tampoco puede
asumirse como un fenómeno global, porque hay diferencias significativas entre
países con respecto a esto. Los cambios en el ruedo político de un país no
pueden explicarse como un reflejo de algún modelo común de la mencionada
ìdemocracia dirigida por los mediosî.
Es indiscutible que los medios informativos influyen a
todos los seres humanos en todos los temas. No obstante, diversas
características de los seres humanos y de las noticias se han identificado como
condiciones contingentes que afectan a la fuerza de relación del
establecimiento de agenda.
El concepto de la ìmediatización de la políticaî, en
cambio, debería servir como una herramienta más para indagar en si el complejo
mediático puede poner en peligro el funcionamiento del proceso democrático.
Comunicación política, María de Jesús Rojas Espinosa
Además, en la actualidad, las nuevas tecnologías han
incorporado herramientas de comunicación que no todos los actores de la
política partidaria utilizan de manera apropiada. Algunos por conocimiento
parcial, otros por desconocimiento y algunos otros por pura intencionalidad
que, generalmente, termina enredando la intención primigenia y el alejamiento
de quienes podrían haberse “conectado” y seguido ese tipo de comunicación.
Aunque parezca inverosímil, de hecho lo es, son muchos los
que utilizan viejos paradigmas y parecen haber olvidado que la Comunicación ha
ingresado en el siglo de su mayor desarrollo incluyendo la velocidad, cada vez mayor,
de conexión en tiempo real y de un hecho que, de no realizar una adecuada
interrelación – respuesta – feedback, termina en el abandono de la conexión por
parte de muchos “usuarios”.
Será entonces una decisión acertada, además de la coherencia
en el mensaje – la credibilidad de la Persona – la verosimilitud de los datos o
información – la gestualidad (por citar algunos), convocar a profesionales o
idóneos en materia de Comunicación para que la gente pueda percibir que los
candidatos/candidatas están proponiendo un camino que, esencialmente, van a
transitar en caso de ser electos.
Es habitual que no lo cumplan y todavía están exentos de ser penalizados por defraudación moral o
ética, además de incumplir con sus responsabilidades como funcionarios o, más
bien, como servidores públicos.
A prestar mucha atención entonces.
(*) Comunicador Social, Escritor
Director Asociado de Grupo Co.S.M.O., Consultoría y Capacitación
Empresarial http://grupocosmo.wordpress.com/
Co Editor del Portal Empresarial Estrategia & Negocios www.estrategiaynegocios.com.ar
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