Un aporte para lograr la seguridad
colectiva
En este mi pequeño espacio de opinión pública, pensado para
comunicar obras culturales - personales o grupales -, me veo en la necesidad de
compartir un sentimiento, una reflexión y una idea. He participado en la
actividad gremial, política y de cooperadora escolar desde muy joven, siempre
pensando en cómo ayudar al bien común, al bien de todos (y todas, ¿vio?).
Después de un hecho muy grave – accidente vial con mi familia – donde la gente
fue la que nos ayudó hasta que llegó la familia – no encuentro un espacio
grupal responsable para hacerlo.
Foto: movilización en Villa Constitución por Seguridad y Remoción
de un Juez
Por Omar Lillardo (*)
¿Cuál es la respuesta que puede darse a las personas que han
sufrido la violencia de la inseguridad?
¿Qué debe pasar para que, como sociedad, tomemos conciencia
que quienes se comprometieron a cuidarnos no cumplen su labor como deben y que,
por lo tanto, deben ser echados de su puesto y juzgados por Incumplimiento de
Deber de Funcionario Público?
¡¡¡Estás soñando, Omar!!!
Puede ser, pero entonces miremos qué hacemos los ciudadanos
en estos y otros casos gravísimos, porque la inacción o la ausencia de
compromiso personal y grupal ciudadano nos ha llevado y nos precipita a una
situación mucho menos deseada que es la disolución como comunidad organizada. Y
esto es así porque hemos y seguimos permitiendo que cualquiera haga cualquier
cosa… incluso ¡¡¡robar vidas inocentes!!!
Me resulta muy triste escuchar “nunca me preocupé hasta
ahora, que me tocó”
En estos últimos días se han dado situaciones que indican,
cuando menos, la ocupación prioritaria que deberían darle los funcionarios a
este tema. La contrapartida, indeseada por cierto, para quienes decidimos
conscientemente vivir en paz, son las distintas movilizaciones populares,
autoconvocadas, con un lenguaje y formas todavía calmas, como debe ser llevada
adelante una protesta o un reclamo, pero se percibe el hartazgo colectivo ante
esa inacción que señalaba anteriormente.
¿Quién puede detener una tromba humana cuando esta se lanza sin
control a obtener su objetivo?
Todavía estamos a tiempo de evitar que esto suceda.
Aún sabiendo que es imposible, por la cerrazón y la soberbia
que se observa en los “dirigentes” y “funcionarios”, dueños y dueñas de toda
razón y verdad ¿…?, entiendo que aquello que no se corrigió a tiempo necesita
un período bastante largo para procesar y realizar modificaciones que permitan
cambiar esta realidad que nos agobia.
Por lo tanto, ruego para que se abra el diálogo fecundo, sin
imposiciones, donde se puedan aportar ideas para el bien común, desde el simple
y enorme gesto de reconocernos como iguales.
¿Lo intentamos?
(*) Comunicador Social – Escritor. Director Asociado de
Grupo Co.S.M.O. y Co Editor del Portal Empresarial Estrategia & Negocios http://www.estrategiaynegocios.com.ar/index.php
No hay comentarios.:
Publicar un comentario