La desparición física de un líder genera, aún sin proponérselo, un drástico cambio entre sus seguidores y entre sus opositores o críticos. El vacío que provoca su ausencia conlleva un desafío que, al margen de las características personales y de la impronta que haya dejado, de no ser encauzado adecuadamente, puede provocar la autodestrucción del grupo que, hasta ese momento, aparecía o se mostraba casi monolítico.
Breves definiciones de Líder y Liderazgo
Puede decirse que el liderazgo es el conjunto de capacidades que un individuo tiene para influir en un colectivo de personas, haciendo que este colectivo trabaje con entusiasmo en el logro de objetivos comunes. Se entiende como la capacidad de tomar la iniciativa, gestionar, convocar, promover, incentivar, motivar y evaluar a un grupo o equipo. En la administración de empresas el liderazgo es el ejercicio de la actividad ejecutiva en un proyecto, de forma eficaz y eficiente, sea éste personal, gerencial o institucional, dentro del proceso administrativo de la organización.
Implica que haya una persona (líder o no), que pueda influir y motivar a los demás (seguidores). De ahí que en los estudios sobre liderazgo se haga énfasis en la capacidad de persuasión e influencia. Tradicionalmente, a la suma de estas dos variables se le ha denominado carisma. Sin embargo, los estudios actuales en psicología y sociología han concluido que el carisma no tiene la importancia que históricamente se le había otorgado y que hay otros factores que son más determinantes a la hora de construir el liderazgo.
Una vez más debemos hablar de la ausencia de organización que tenemos los argentinos
Esto provoca, como ahora y a raíz de la desaparición de una persona que ejerció un liderazgo polémico y, a la vez, histórico por sus luces y sombras, una sensación colectiva de desamparo.
Esto es así porque, en general, hemos sido educados y formados bajo conceptos individualistas, donde el trabajo en equipo no es considerado importante ya que la matriz social necesaria para poder imponer un sistema que ha primado y rige nuestas vidas, aún siendo resistido por la gran mayoría que aún no ha logrado, por estos mismos motivos, unirse por sobre sus diferencias y romper esquemas visualizados por todos como regresivos por su impacto negativo y excluyente.
En este círculo vicioso hemos visto y asistido, pasivamente, a la destrucción sistemática de personas líderes, tanto de palabra (por descalificación, por discriminación o por conveniencia), como de hecho por el asesinato: de diversas maneras y aún en democracia.
Además y por esa misma personalización, unida a estilos de liderazgo que no se modifican aunque cambie la persona que lo detenta o parece hacerlo, se los aisla o destruye políticamente dentro del mismo esquema partidario.
No es extraño entonces que esas sensaciones apocalípticas nos invandan.
Sin embargo, algo bueno del Liderazgo autocrático, que venimos sobrellevando, es haber puesto en escena la vida politica como una herramienta necesaria para el desarrollo del pueblo. El costado oscuro es el permanente confrontamiento utilizado como método… y aquí aparece la inacción popular de las mayorías, que sólo claman por un sistema de vida menos traumático, signado por el díalogo y la búsqueda permanente de consensos.
Sin ingresar en ideologías y a modo de mirarnos a nosotros mismos, desde la óptica de dos grandes políticos argentinos, vale recordar dos frases memorables que deberían marcar nuestras actitudes cotidianas.
“Para un argentino no hay nada mejor que otro argentino” Juan Domingo Perón
“Este viejo adversario viene a despedir a un amigo” Ricardo Balbín
Es muy difícil seguir esgrimiento conceptos en busca de realizar un aporte en horas de tanto dolor, donde el hecho mismo que lo provoca debería hacernos reflexionar sobre lo que hacemos.
Pero es también muy difícil cuando el mensaje que baja, desde la máxima autoridad del País, habla de profundizar ¿? un modelo que nadie comprende en su alcance, que no es claro más allá de la violencia natural que conlleva y que concretamente no tiene en cuenta a los más débiles de la sociedad: nuestros niños y nuestros adultos ancianos: sobre esto no hace falta abundar en palabras porque los hechos son harto contundentes.
Y es aún más difícil cuando desde la oposición se esconden los verdaderos intereses que la animan y que, por “estrategias” políticas, no saben o no se animan a plantear a la sociedad cual es el País que quieren.
En el mismo sentido y con estas mismos fundamentos, no son claras las posiciones ni las ideas, pero sí los intereses de los empresarios y sindicalistas en general.
Así las cosas, buscar un líder en estas condiciones es bastante complicado. Desentrañar esta incógnita depende de todos, cada uno de nosotros, como argentinos, debemos aportar lo mejor que podamos de nosotros mismos.
¡Es muy fácil echarle la culpa de lo que nos pasa a los otros!
Por lo tanto y a manera de aporte como lo hago habitualmente, empecemos por juntarnos con las personas que más queremos: amigos, familia, compañeros de trabajo, para esgrimir en conjunto nuestros derechos apoyados en el cumplimiento de nuestras obligaciones ¡sin olvidarnos de ninguna!
El riesgo de seguir desperdiciando nuestros esfuerzos está ahí nomás si seguimos dividiéndonos. Aún sabiendo que vamos a equivocarnos, comencemos a movernos en equipo, como equipo y habremos dado un gran paso adelante.
Les dejo un abrazo y espero comentarios
