Ante un hecho grave como la pérdida de una Vida, la primera
reflexión que surge es un abrazo a la familia para, al menos, acompañarla en su
dolor aunque no los conozcamos más allá de saberlos nuestros vecinos.
Tan grave como el hecho en sí es la actitud “facilista” de
quienes dicen representarnos, dicho esto reconociendo, precisamente, su
legalidad de acuerdo al sistema democrático y su legitimidad a partir del voto.
Es grave y duele porque no nos representan a los ciudadanos para defendernos.
Simplemente dedican su tiempo a acciones “populares” sin actuar como lo que
son: deben asumir la responsabilidad para la cual se postularon.
Esa responsabilidad es la que debería impulsarlos a ponerse
al frente de los reclamos de la gente - no solo en las marchas sino en los actos
concretos de Gestión de Gobierno que les competen - para buscar y lograr
soluciones definitivas a un problema que se reitera con dos saldos lamentables:
* La pérdida de Vidas
* La impunidad
absoluta para estos y otros hechos graves
Hablo de “saldos” porque no todo se debe analizar desde esa
óptica, como si se tratara o formara parte del entramado económico de la
ciudad, olvidando que es aún mayor el “Capital Humano”.
En el último hecho grave ocurrido en nuestra ciudad, al
igual que en los anteriores, se reitera la inacción política para modificar los
temas de fondo: la lentitud de la Justicia y la poca claridad de los
procedimientos policiales.
Vale destacar, como
en todas las actividades, que en la Justicia y en la Policía hay muy buenos
profesionales.
Será entonces la decisión política – no partidaria – con la
participación de todas las expresiones, porque son temas que exceden a un
sector o a un gobierno, la que permitirá corregir, definitivamente, los
“errores” de procedimiento o las prácticas incorrectas o en el filo de la ley
o, como parece repetirse, “fuera de los términos” previstos por las actuales
normativas.
Ojalá, entre todos, podamos transformar esta situación de
indefensión que sentimos ante la impunidad que termina siendo, luego de un
excesivo tiempo, la que toma el lugar que debería ocupar la Justicia y su mano
ejecutora la Policía en la resolución de los hechos. La Vida no se recupera y su
importancia excede los plazos legales.
Pero esta expresión de deseo tendrá que encontrar, reitero,
por parte de quienes tienen responsabilidades públicas ante la sociedad, las
soluciones postergadas.
Esta es la oportunidad que tienen de demostrar, de una vez
por todas, que no solo calientan la silla sino que están en condiciones de
hacer menos pesada la carga de dolor por la muerte de Personas, en especial
jóvenes. Además, pueden también despejar las dudas que deja el tiempo sin
Justicia y empezar a pensar en una sociedad sin impunidad.
(*) Comunicador Social, Escritor
Director Asociado de Grupo Co.S.M.O., Consultoría y
Capacitación Empresarial http://grupocosmo.wordpress.com/
Co Editor del Portal Empresarial Estrategia & Negocios www.estrategiaynegocios.com.ar
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