Qué respuesta se obtiene cuando el mensaje – contenido, voz y
gesto – configuran una agresión detrás de la sonrisa, muchas veces burlona,
además de la actitud despectiva hacia quién o quienes escuchan. Sin dudas, la
peor posible según las circunstancias en que se desarrolla la “comunicación”.
Por Omar Lillardo Alonso (*)
Quizás parezca la descripción de una situación imaginaria;
tal vez piense que esto no sucede realmente.
Le pido un pequeño ejercicio de pensamiento y análisis. Si usted
está trabajando en situación anormal, no registrada, de la cual depende el
sustento personal o familiar, ¿cuál cree que puede ser su reacción?
No me diga que responde en el mismo sentido y si es
necesario se retira y abandona el puesto porque esa no es la acción de decidimos
tomar.
También puede darse en una relación laboral registrada. En ese
caso también depende del lugar donde se desarrolla, porque si solo hay dos
personas será muy difícil probar que eso ocurrió.
Son solo ejemplos reales, que se producen y reproducen todos los días pero que “no
figuran en el diario de hoy” como dice una canción.
Las consecuencias pueden ser muchas y de diversa magnitud. Por
eso es mejor enfocarse en la causa, algo que habitualmente no hacemos, en general,
porque estamos “muy ocupados” con los distintos temas cotidianos. Y digo con
énfasis que debemos tomar la causa, porque cuando las circunstancias son
delicadas es muy difícil encauzar cualquier tipo de relación.
Entonces, ¿Por qué se apela a este tipo de “comunicación”? ¿Cuál
es la “necesidad” de utilizar métodos arcaicos y perimidos en este siglo XXI
pomposamente llamado de
la Comunicación? Quien o quienes lo emplean: ¿desconocen las distintas
alternativas que la historia y los analistas de la comunicación nos ha legado y
siguen haciéndolo día a día?
¿Cuál es el o los elementos que desencadenan
semejante barbaridad “intelectual”?
Pueden ser varios y el origen es siempre el mismo: la
Persona y su complejidad natural.
Pueden ser ansias de poder, ambición desmedida, envidia,
soberbia, etc., donde el componente emocional juega un rol determinante que,
bien disimulado muchas veces, necesita un momento, un lugar y una excusa para mostrarse
en plenitud. Luego nos enteramos, cuando lo explican los especialistas, que
hubo señales muy claras y no supimos o, a veces, no quisimos darnos cuenta.
¿Cuál debe ser nuestra respuesta?
Siempre debemos tratar de no utilizar el mismo método. Hasta
donde podamos, porque también todo tiene un límite, debemos mantener la calma -
esencialmente cerebral - y tratar de medir las palabras e, incluso, no emitir
ninguna si la situación así lo requiere por su exacerbación. Si la situación se
acerca a un punto crítico o de no retorno también es posible utilizar un tono
más elevado, sin llegar al grito, para buscar un final que se acerque, al
menos, a la cordura.
Esa calma debemos tratar de trasmitirla a la otra Persona. Muchas
veces puede tratarse de un arrebato por cuestiones particulares que, sin duda,
no tienen porque interferir en ámbito.
Pero en el caso mencionado de comportamientos casi patológicos,
la mejor solución momentánea sigue siendo dar por terminado el diálogo, incluida
la opción de alejarnos del lugar o interrumpir la comunicación telefónica o audiovisual.
A modo de cierre
Les aseguro que este tipo de situaciones son más comunes de
lo que creemos o podemos suponer.
Aún así, cuesta comprender, porque entender se entiende
desde el análisis técnico, que sigan vigentes métodos utilizados en las guerras
del siglo pasado - de donde provienen varios de los estudios analíticos que
abonan las distintas Teorías de la Comunicación y el abanico de métodos de
implementación – y sea utilizados en sociedades que han abrazado la Democracia
como modelo de Vida.
Está claro que la dominación sigue siendo el modus operandi
que las detona. Y lo expreso así porque conozco casos que han provocado
consecuencias psicológicas graves a no pocas Personas.
Hay puntos que pueden explicar mucho mejor los profesionales
de la psicología, pero este abordaje desde la comunicación es más entendible y asequible
a todas las Personas, creo, siendo mi intención poner en relieve y conocimiento
a la mayor cantidad de gente posible aquello que parece tan distante.
Espero comentarios
(*) Comunicador Social, Escritor