Es usual oír hablar de los Derechos en todos los ámbitos de
la sociedad. No ocurre lo mismo con los Deberes u Obligaciones. Incluso, en
algunos temas puntuales y no por eso menos importantes, priman los Derechos sobre
las Obligaciones, sentando delicados y graves precedentes que, sin dudas y
explícitamente, alienta a ser imitados, aún cuando concreten un delito y este
represente una afrenta social y un incumplimiento múltiple de la Constitución.
Por Omar Lillardo Alonso (*)
No obstante, estos hechos parecen no ocupar un lugar relevante
para la mayor parte de la Comunidad y no
generan la reacción, ordenada y apegada a las leyes, que sería lógico y
defensivo, habida cuenta que atentan, desvergonzadamente, contra la vida de las
Personas y de las Instituciones.
Sin Instituciones que regulen las acciones comunitarias, la
Anarquía ocupa ese lugar, retrocediendo cientos de años hasta casi los
incipientes intentos de Organización Social.
Esto ocurre desde el siglo pasado, oculto o escondido detrás
del doble discurso oficial y popular.
Hoy, la trama de impunidad se ha extendido de tal manera que
la degradación del tejido social hace pensar que no hay solución posible.
Aún así, el pensamiento colectivo y su opinión en voz baja
avizora un mal final a una situación que ya es muy difícil de sobrellevar por
las profundas implicancias que ha provocado en la Vida Personal, Social e
Institucional. Hasta ahora, el Pueblo demuestra que sufre los mismos síntomas
que la Rana Hervida:
Parábola
La Rana, si la tiran a una olla de agua hirviendo salta por
su instinto de conservación.
Ahora, si la ponemos en una olla con agua fría no se inmuta:
está en su medio. Si el agua se calienta, lentamente, la Rana no percibe el
cambio ni las amenazas, se siente cómoda, muy a gusto. Cuando el agua hierve es
muy tarde y el animal muere sin poder hacer algo para salvarse. Peter Sengue
¿Por qué sucede esto?
Porque el organismo de la Rana no está preparado para
percibir los cambios graduales y lentos que, sin embargo, no dejan de ser una
amenaza para la Supervivencia.
Esto mismo le ocurre a nuestra mente cuando no se ha formado
para prestar atención a lo sutil, a lo gradual, razón por la cual pasa
desapercibido. Pero cuando nos sorprende a veces es demasiado tarde y debemos
trabajar mucho para cambiar y recuperar el terreno perdido.
No darse cuenta o no querer darse cuenta que los hechos
cotidianos siguen arraigados en el pasado, nos afectan ahora y determinan cómo lo harán en
el futuro es repetir, una y otra vez, la actitud de la Rana Hervida.
Mientras tanto, sólo se aprecia el murmullo de desaprobación
y rechazo, que cada día toma mayor envergadura y que puede estar generando,
subrepticiamente, una Pueblada de dimensiones y consecuencias impensadas y no
deseadas, repitiendo una historia cercana en el tiempo. Aquella que desembocó en
el proceso que dio paso a la esperanza de construir un País como siempre
soñamos. Pero, una vez más, duró pocos años.
Luego y hasta la fecha, las mismas Personas, del mismo
Gobierno, se han ocupado de destruir esa esperanza y todas las buenas prácticas
sociales, completando la sistemática decadencia y desmembramiento de la
cohesión del Tejido Social, iniciada en décadas anteriores.
Pareciera, entonces, que estamos en la etapa en que la Rana
no se siente tan cómoda y empieza a reaccionar.
Ojalá se transforme en realidad y genere una reacción a
tiempo, para retomar, con el enorme deseo y la sana intención de que se concrete
el tránsito, definitivamente, del camino del desarrollo sostenido y sustentable,
con el claro objetivo de construir, sin exclusiones, la Nación y el País que
nos merecemos y nos permita Vivir Dignamente y en Paz.
(*) Comunicador Social, Escritor. Director Asociado de Grupo
Co.S.M.O. – Consultoría y Capacitación de Empresas- y Co Editor del Portal Empresarial
Estrategia & Negocios www.estrategiaynegocios.com.ar
No hay comentarios.:
Publicar un comentario