Casi no me he referido a la Inseguridad, ya que hay
demasiadas palabras en todos los medios - sin que nadie asuma la
responsabilidad que le corresponde y comencemos a ver acciones para que la
situación se revierta -, como para incorporar más cháchara sin tener
posibilidad alguna de realizar un aporte. Ocurre que el desmadre ya es
insoportable y merece que los ciudadanos nos ocupemos del tema y así comenzar a
poner las cosas en su lugar.
Por Omar Lillardo Alonso (*)
Digo que no tengo posibilidad alguna de realizar aportes porque
no conozco, como le pasa a la mayoría de mis vecinos, cuáles son las acciones
que deben llevarse adelante. Pero sí hay algo que sé como lo sabemos todos:
debemos recuperar el sentido común.
Sentido Común: Definiciones
La expresión sentido común describe las creencias o
proposiciones que benefician a la mayoría de una sociedad (familia, clan,
pueblo o nación).
Sin depender de un conocimiento esotérico, investigación o
estudio, el sentido común es el primero de los sentidos internos. Según
la doctrina clásica con respecto a éstos, que los
clasifica en sentido común, imaginación, memoria y estimativa-cogitativa en el
hombre.
El sentido común no es el «buen sentido», «común» a todos
los hombres, es decir, la inteligencia en su actividad espontánea, o la razón
en el sentido cartesiano de poder distinguir lo verdadero de lo falso. Aunque
sea una acepción corriente, esta asimilación supone un cambio de significación
con respecto a la doctrina clásica, que configura el sentido común como un
sentido, una función del conocimiento sensible: su objeto no es abstracto y,
por tanto, no es una función intelectual.
Para reflexionar tenemos la capacidad de recordar, valorar y
establecer una acción con conocimiento, o sea a conciencia. Pues el sentido
común es un
conocimiento más dentro de nuestra dinámica en el medio.
El sentido común es la potencia por la que se tiene la
sensación de cualquier sensación externa, cosa muy distinta de la potencia por
la que se tiene la «idea» de cualquier sensación. Dicho de otra manera: el
sentido común no entiende, sino que siente las sensaciones externas.
El resumen de todos estos conceptos nos permiten ubicarnos
en cuanto a las graves falencias que el “medio” o sociedad o comunidad, que tiene
el sistema y se observan a diario y que, en general, no reconoce ni responde a las
necesidades de la gente.
No estoy hablando de hechos insignificantes, sin consecuencias
físicas y sólo limitados a lo material. Hago referencia a la Vida, porque de
esto se trata ahora: la Vida no Vale Nada.
Las respuestas que se escuchan de los funcionarios - electos
o convocados – alteran aún más el ánimo social pues está claro, por sus
acciones después, que no saben o no quieren ocuparse de solucionar la causa que
provoca los hechos y se refieren, una y otra vez, a señalar los acontecimientos
como si fueran cronistas.
La causa que provoca la actual situación de inseguridad está
originada en dos enormes construcciones políticas: la desigualdad social generada y la red de
corrupción e impunidad.
Vale aclarar que la mayoría de las Personas que viven en
asentamientos precarios o barrios pobres son muy buena gente.
Por los métodos que esas personas, generalmente “infiltradas”
en esos asentamientos, usan para conseguir sus fines, está claro que actúan así
porque para ellos la Vida no Vale Nada. Entonces, nunca es admisible que se los
“apañe” y se lo “proteja”.
Para hacer esta afirmación me basta con haber hablado con
policías que prestan sus servicios sin ningún tipo de protección, que deben
comprarse su uniforme, comprarse las balas (para utilizar en armas vetustas y
hasta obsoletas) y que, cuando llevan adelante un procedimiento, terminan
siendo imputados y procesados mientras que los delincuentes son dejados en libertad.
Cuando deben realizar su informe sobre una aprehensión, en
un hecho delictivo, no llegan a terminarlo que ven salir libres a los
delincuentes.
Estos relatos los puede comprobar cualquier persona que
conozca a una persona que integra las flas de los buenos y buenas policías.
Cabe aclarar algo más: Argentina ha firmado tratados
relacionados con esta temática y figuran en la Constitución. Hablan de dar una
segunda oportunidad, no más. Por eso no se entiende cuando una Vida es robada
por algún delincuente que tuvo infinidad de entradas con sus consecuentes
salidas y es “protegido”, aún así, mucho más que a la víctima.
Un dato: en nuestra región, sureste de Santa Fe y noreste de
Buenos Aires, se viene observando una serie de hechos delictivos violentos con
uso de armas. Trasciende, desde el ámbito de los empleados judiciales, que quienes
han sido arrestados, en los últimos tiempos por esos hechos, no son aquí ¿…?
Hay convocatorias para reunirse en las plazas del País y
adhiero a ellas. Agrego que también debemos exigir a los Intendentes,
Presidentes Comunales, Legisladores y Gobernadores que asuman real y
efectivamente la responsabilidad para la que se propusieron y lleven adelante y
en forma inmediata, en conjunto y por sobre toda bandería partidaria o grupal,
las acciones que sean necesarias para terminar con este azote de violencia que
estamos sufriendo.
Les dejo una pregunta: ¿tiene sentido común que nos estén exfoliando
con impuestos, o que nos controlen como si nosotros fuéramos los delincuentes y
no nos permitan decidir libremente que hacer con el fruto de nuestro esfuerzo, mientras
nos matan sin miramientos?
(*) Comunicador Social, Escritor. Director Asociado de Grupo
Co.S.M.O. y Co Editor del Portal Empresarial Estrategia & Negocios
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