Consecuencias de un Estado Ausente
Si bien se hace foco en el gobierno nacional, por la
importancia rectora que tiene en cuanto a la ejecución de políticas públicas, no
debemos perder de vista la misma inacción, en general, tanto en gobernaciones
cuanto en municipios y comunas. Hablo desde una ciudad a 250 Km de la Capital Federal donde, a diario, nos encontramos con Personas que sufren las
consecuencias de esas decisiones: pérdida de empleo, cierre de actividades de
diversos rubros, ajustes brutales a Jubilados y Pensionados a través del
prestador de Servicios de Salud (PAMI), aumento de la In Seguridad… entre
tantas otras,
creando una ya inocultable y concreta situación de Indefensión e Impotencia.
Se agrega, ahora con más fuerza, la añeja desaparición en acción de la Justicia.
Omar Lillardo Alonso *
Mientras tanto, asistimos a una continuidad dolorosa en cuanto a la actitud de gobernantes y funcionales:
inauguran y/o anuncian cualquier cosa… rodeados de muy pocos adláteres. Si prestamos
atención veremos que las cámaras enfocan solo a los dirigentes y, de manera muy
sutil y aviesa, escasos planos generales porque no hay obra realizada o porque
no pueden mostrar la insignificancia de tales actos.
Mientras tanto, la gente que no puede cumplir con sus obligaciones
mínimas, tales como poner un plato de comida en la mesa familiar por haber
perdido su empleo o porque la actividad que realizó toda su Vida ha dejado de
ser accesible a la mayoría de la Ciudadanía, por ejemplo. Dicho en
criollo: nos
sacaron, y siguen haciéndolo, la plata del bolsillo y además nos dejan sin
trabajo. Cualquier similitud con hechos acaecidos hace dos décadas
no es casualidad sino causalidad: aplican las mismas políticas,
aunque aparezcan hoy con un desteñido tinte popular que se muestra mentiroso en
su propia alusión.
En la mencionada década del ’90 el Poder que maneja el País
logró la tristemente célebre ‘flexibilidad laboral’. La consecuencia la
sufrimos todos, como sociedad. Hoy se habla de lo mismo y refiere, otra vez, a
trabajadores activos y pasivos.
Ese es el País paralelo, ese que no quieren ver ni mostrar porque
son los mismos empresarios que forjaron la mencionada ‘flexibilidad laboral’ y los
mismos que sostienen el trabajo en negro. Por eso no extraña que el Presidente,
también empresario, se haya aliado con sectores sindicales que forman parte
de ese círculo de precariedad y
que, además, integran un sector que fue partícipe activo en el ataque, con mucha
violencia y en Democracia, a otras organizaciones sindicales y sus trabajadores.
La misma prepotencia se observa en la provincia de
Santa Fe y a nivel local, Villa
Constitución, donde los gobernantes imponen sus criterios sin
prestar atención a la gente, que lesionan con sus decisiones y sus inacciones. Tampoco
importa la ciudadanía al momento de aumentarse sus sueldos ni sabemos cuáles
son los montos que reciben mensualmente, especialmente los legisladores, que
tienen montos para asignar en lo que se les ocurra… sin rendir cuentas; tampoco dan cuenta de cuánto
ganan, no presentan declaraciones de cuál es su patrimonio: la
transparencia ¿dónde está? ¿qué debemos hacer los ciudadanos para tener
conocimiento preciso y concreto en qué gastan los aportes de todo el Pueblo?
Quienes se dedican a vivir de sus oficios hoy se ven y se
sienten fuera de todo. No pueden solventar sus necesidades mínimas
ni las de sus familias, no encuentran eco en las autoridades locales y/o
regionales.
Lo mismo ocurre con comercios, servicios, emprendimientos
pequeños y PyMES, agobiados por la excesiva presión impositiva y los desmedidos
aumentos de las tarifas de los servicios.
Cabe señalar que los gobernantes se están ocupando de
proveer de títulos a los medios, pero ninguno de ellos se relaciona con la cotidianeidad.
Deberían repensar
las acciones, modificar su visión ‘fundadora’ y consensuar políticas públicas
que nos contemplen como sociedad, pensando en un mercado interno sustentable e
inclusivo, cuidando realmente el trabajo argentino que, cada día, ve el cese de
actividades y la pérdida de puestos de trabajo, lo cual va a contramano de las
expresiones voluntaristas de los gobiernos.