Sabías...

A modo de bienvenida les dejo el significado de mi nombre y los invito a sumarse con sus textos, cuadros, música y cualquier creación que nos permita enriquecer el alma


Omar


Nombre Masculino de origen Árabe: Que tiene larga vida.

Caracteristicas : Es racional, estable y usa su sentido común para resolver todas las situaciones

que se le presentan. Es generoso y amable con los demás.

Amor : Es leal y detallista con su pareja cuando quiere de verdad.

domingo, 18 de septiembre de 2016

La Fuerza de Comunicar en Silencio



Pareciera que es mejor no escuchar tanta verborragia y que así pudiéramos generar un espacio de tranquilidad. Todo lo contrario. El Mutismo conlleva una enorme carga de incertidumbre, de violencia en sí mismo por desconocer qué va a pasar o que acciones se piensan concretar en el futuro cercano (corto plazo). Se suma a la imposición cotidiana de hechos que ya rozan con el hartazgo colectivo, lo cual está desarrollando una espiral de extrema conflictividad que requiere de la efectiva intervención de las autoridades que, al menos hasta ahora y en todos los niveles - con las honrosas excepciones -, apenas asoman el hocico para emitir tímidos mensajes.
Omar Lillardo Alonso *

En estas condiciones es dable que se sucedan hechos de muchísima violencia los que, sin ningún tipo de duda, no pueden ser admitidos como naturales en una Comunidad que se distingue por su Solidaridad.

¿Están las autoridades - Comunales, Municipales, Provinciales y Nacionales - en condiciones de hacer frente, con respuestas concretas, a tan delicada situación que se viene fogueando desde la década del ’90?
Por lo expresado anteriormente No.

¿Qué puede pasar entonces? Es muy difícil saberlo. Sería conjeturar sobre el porvenir y no lo sé hacer.
Pero sí está clara la percepción de la Sociedad de la Ausencia del Estado - también es la actitud que se gestó en la década del ’90 y no se ha modificado hasta el presente -.

¿Está ligado con las políticas públicas? Sin ningún tipo de dudas. Especialmente por su ausencia.

Es común oír hablar a los funcionales y las principales figuras de la política sobre la Pesada Herencia.
La primera pregunta que surge es ¿no lo sabían? Por supuesto que sí y así lo expresaron en campaña.
Vale aclarar que se escucha en todos los niveles de gobierno. Incluso, lo que más duele y exacerba, es escuchar que muchos no tienen un Plan B ¿?...

La primera reflexión es espontánea: “estamos en el horno”…
Y esto es algo que sabíamos todos y nos costó y nos cuesta admitir como Ciudadanos.
¿Qué hicimos hasta ahora, en conjunto, sin ánimo de poner el acento en particular sino en el plural, en nosotros, todas las Personas que formamos y conformamos el Pueblo de la Nación Argentina?
Con una mano en el corazón: Nada… salvo haber ido a las marchas en repudio de y sin solución de los problemas que la originaron y que nos jaquean día tras día.

¿Cuál es la actitud que debemos asumir como Ciudadanos?
Aunque cueste muchísimo contener el hartazgo colectivo, debemos continuar con reclamos en Paz y dejar de ‘palmear’ a los pseudos políticos exigiendo que cumplan con sus ‘funciones’ sin alterarnos la Vida a los millones que ponemos el hombro todos los días para mantenerlos.

Es difícil ponernos de acuerdo en día y hora, porque todos estamos atiborrados de trabajo o quehaceres que casi nos impiden asistir.
Sin embargo, las marchas como “Rosario Sangra”, por citar una reciente y multitudinaria, tuvieron su efecto y han logrado que, al menos, se pongan a trabajar en conjunto. Los resultados los veremos con el tiempo.
Pero está claro, muy claro, que le tienen miedo a la gente cuando se re-une de esta manera y su contundencia reside, más allá de algunas expresiones altisonantes, en el Silencio.

"No me preocupan los gritos de las deshonestos, de la gente sin escrúpulos y de los delincuentes... más, me preocupa el Silencio de los Buenos"...  Mandela (ex presidente de Sudáfrica)

martes, 6 de septiembre de 2016

Un pasaporte al pasado



Cuando suenan tambores en una movilización estamos transitando el camino inverso al de la Evolución Colectiva… es mucho más contundente el silencio al marchar por causas populares
El Derecho Inalienable* de reclamar, solicitar o exigir no está en discusión. Pero sí lo está el vetusto sistema que impide avanzar hacia una República en serio, respetable y digna. Los políticos, gremialistas, empresarios, profesionales (en especial del Derecho) y la población, en general, por acción, desidia u omisión somos responsables de no haber puesto en marcha políticas públicas que se respeten y no se modifiquen - como viene ocurriendo a gusto y desquicio de los gobiernos de turno -. Por eso seguimos viendo la misma foto y la misma película en cada marcha… y también personajes impresentables que deberían haber sido ya condenados por la Justicia - porque ya lo están por la Comunidad - cuyo único logro es oscurecer y devaluar las legítimas voces del Pueblo.

Esta última expresión define claramente la acción que dichos personajes realizan: tratar de imponer el concepto de que todos somos sucios y corruptos como ellos.
Y no es así

Debemos transitar el camino, una vez más, del aprendizaje colectivo de cómo debemos relacionarnos y tratarnos a pesar del dolor, la sangre y los sacrificios realizados porque, esos impresentables, se han ocupado de ensuciar y devaluar todo lo que han tocado y tocan. Pero esto solo fue y es posible con la anuencia mayoritaria del Pueblo, que acompañó con beneplácito todas las acciones aun sabiendo que no eran ni son las correctas, anteponiendo los pequeños o grandes privilegios individuales o grupales que obtuvieron, a pesar de saber y tener claro que no se trata de un sistema sustentable en el tiempo.

Este último concepto debería ser más y mejor comunicado y aprehendido para evitar lo que hoy pasa. El hartazgo popular llega de la mano de las exageradas exigencias, hacia quienes aportamos toda la Vida, para poder mantener una pléyade de parásitos que, incentivados desde el poder público, creen tener derecho a exigir lo que les venga a la mente.

Mientras tanto, los profesionales de la Educación, la Salud, la Seguridad y la Justicia deben soportar una carga ya imposible de llevar. La mediocridad de la dirigencia, en general, ha contribuido a que esto se concretara - salvo en el primer gobierno desde la recuperación de la Democracia -, ya que, aunque los discursos se aprecien virtuosos, expresan exactamente lo contrario. La realidad, percibida en los hechos cotidianos, destruye la sanata, el piripipí y cualquier otro supuesto invento de relato oficial.

A modo de aporte, debemos reclamar y exigir la recuperación y el correcto funcionamiento de las Instituciones. Si así ocurriera no haría falta apelar al Derecho de Huelga y/o Movilización para buscar la solución que los gobiernos se resisten a aplicar. Seria o estaríamos en presencia de un Sistema que respete Leyes y Normas y las aplique de manera ecuánime: gobierne quien gobierne.

La pregunta es ¿somos conscientes de la imperiosa necesidad de que esto suceda, para beneficio de todos?

Ha de llegar el momento en que nos demos cuenta que Votar no es Participar, que el compromiso como Ciudadanos es permanente para que la Republica, la Nación y el País estén al Servicio de Todas las Personas y no de algunas.

Como siempre, al pie de este artículo de opinión agrego una definición, para evitar confusiones ¿vio?


Inalienable
Este término proviene de un vocablo latino que hace referencia a algo que no se puede enajenar (es decir, cuyo dominio no se puede pasar o transmitir de un individuo a otro). Lo inalienable, por lo tanto, no puede venderse o cederse de manera legal.

Los derechos inalienables son aquellos considerados como fundamentales, los cuales no pueden ser legítimamente negados a una persona. Ningún gobierno o autoridad tiene competencia para negarlos, ya que forman parte de la esencia de la persona. Los derechos humanos son derechos inalienables.

Este tipo de derechos, por otra parte, son irrenunciables. Ningún sujeto puede desprenderse de ellos, ni siquiera por propia voluntad. Por ejemplo: no existe la esclavitud voluntaria. Una persona no puede renunciar a su libertad y someterse de forma voluntaria a los mandatos de otro ser humano.