Recordando a Tato Bores en uno de sus monólogos recopilados
por quien fue su guionista, el talentoso Santiago Varela. El tema elegido es la
corrupción. El texto es de 1993 pero parece escrito hoy. Y eso se debe a las
dificultades de la Argentina para madurar como país y al talento de quien, con
total justicia, fue definido como Actor Cómico de la Nación.
Corrupción
Ahora entramos en época electoral y todos salen con los
dientes nuevos y bien peinados prometiendo el oro, el moro y la máquina de
hacer chorizos. Sacan afiches ofreciendo, como gran mérito, la honestidad. Con
lo cual no robar pasa a ser una especie de opcional.
Vea: ningún coche hace propaganda diciendo que tiene ruedas o parabrisas. Eso
es standard. Ponen lo distinto, lo novedoso. Y hoy parece ser que ser honesto,
es una especie de GTX Súper de Luxe de la política.
Pero ojo no exageremos, porque ser corrupto tampoco está del
todo mal, porque ahora muchos corruptos son tapa de revista, modelos para
imitar. Le explico: usted después de transpirar la camiseta como funcionario ha
logrado, con su modesto sueldo, adquirir una mansión que reíte de Dinastía. ¿Lo
va a ocultar? ¿Se va a avergonzar? Eso era antes, cuando ser chorro significaba
una sanción moral. Ahora no, ahora ni bien se enteran vienen de la revista
Tujes a sacarle fotos, a usted y a su familia, sentados en la cama comprada
gracias a sus afanes....afanes de afanar. Y cuando la gente vea las fotos les
dirá a sus hijos:
- ¿Ves nene? Si querés triunfar ni se te ocurra perder el
tiempo en estudiar, ni tampoco seas tan salame de arruinarte el lomo laburando
¿entendés?
Además afanar es seguro. Se puede ir en cana por cualquier
motivo, incluso se puede ir en cana sin ningún motivo; pero por corrupto,
jamás. El que sí va en cana es el ladrón de gallinas. Lo que no se sabe es si
va en cana por chorro o por boludo.
Fuente: Cronista
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