Se escuchan muchas opiniones relacionadas con las distintas modalidades de comunicación personal que, muchas veces, se realizan desde el ámbito laboral ¿Puede controlarse este tipo de acciones? ¿Puede restringirse la actividad en las redes sociales a quienes, desde su trabajo, tienen acceso a ellas?
Sugiero una visión simple para humanizar el tema y realizar un aporte para evitar conflictos.
Pensemos…
Las máquinas, entre ellas las computadoras u ordenadores, han sido hechas por el Ser Humano. Por lo tanto, no podemos pedirles que se conviertan en árbitros de nuestras relaciones: este es un tema nuestro, humano, resolvámoslo!!!
Respuesta simple: hablando, exponiendo nuestros puntos de vista, buscando consenso. Uff!!! tema repetido y mal abordado pero que debemos afrontar con la misma responsabilidad con la que afrontamos la vida, el trabajo, las relaciones sociales, etc., etc. etc. … en resumen: lo mismo que siempre hacemos pero adaptado a los nuevos códigos que hemos ido gestando entre todos, la mayoría sin darnos cuenta.
Por eso menciono que somos nosotros quienes debemos resolverlo, asumiendo la responsabilidad personal y colectiva de reconocer la Comunicación, en general, como una herramienta poderosa que, sin ninguna duda, nos ha permitido avanzar por sobre todas las barbaridades que hemos cometido, como humanidad en su conjunto, durante siglos.
Por lo tanto, en lugar de generar problemas, dialoguemos y consensuemos soluciones prácticas en lo Personal y en lo Laboral.
En lo Personal debemos usar todas las herramientas tecnológicas para facilitar la Comunicación y no para complicarla. Es verdad que el contexto, local, nacional y mundial, está convulsionado y merece un tratamiento específico, pero sabiendo de esa realidad podemos y debemos actuar con sentido común, mirando al otro, a los demás como nuestro espejo. Si asumimos esa actitud y esa acción vamos a cambiar notoriamente esta realidad que no nos es favorable y que nos disgusta.
En lo Laboral, casi todas las empresas utilizan dos modalidades principales:
· aquellos que utilizan el e-mail corporativo para registrarse en un foro de opinión, un blog o una red social, y
· quienes utilizan otro tipo de casilla pero se identifican (en sus perfiles, fundamentalmente) como integrantes de una determinada organización
Las empresas pueden y deben adaptarse y adelantarse a estas nuevas situaciones mediante la suscripción, por parte de sus empleados, de acuerdos de confidencialidad y de un manual o reglamento de uso de Internet y de redes sociales, del cual surjan reglas de juego claras, aplicables a la relación laboral en la era web 2.0, lo caul está en línea con la Ley de Contrato de Trabajo establece que, en una relación laboral, las partes están obligadas a obrar de buena fe, ajustando su conducta a lo que es propio de un buen empleador y de un buen trabajador, tanto al celebrar, ejecutar o extinguir el contrato o la relación de trabajo.
Los jueces argentinos vienen diciendo que la causal de despido no se encuentra acreditada con la mera evidencia de la publicación, cuando no existe certeza sobre la identidad del autor; que el correo electrónico provisto por la empresa es una herramienta de trabajo que debe ser utilizada para el cumplimiento de la labor y no para fines personales; que el envío de un correo electrónico desde una casilla laboral con información propia de la empresa no alcanza a ser causal de despido si no se acredita el carácter confidencial de dicho contenido.
Si el empleado afecta, con sus comentarios o manifestaciones vía Web 2.0, la política interna o la reputación empresaria, estará quebrantando el principio de buena fe laboral y deberá afrontar las consecuencias que ello conlleva, que llegan hasta el despido con causa y una eventual acción de daños y perjuicios.
Como siempre, el presente es solo un artículo de opinión, breve, abriendo la instancia necesaria del debate. Por lo tanto, espero comentarios.
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