Cuando el Silencio representa la decisión de
la abstención
de hablar - como recurso de la
Comunicación - puede
entenderse
que quien o quienes lo utiliza/n no desea/n intercambiar ningún tipo de
Diálogo, o no les interesa que los demás conozcan sus Ideas o Sentimientos, lo
cual puede compararse con una acción directa de Imponer Su Opinión sin importar
la de los demás y con Consecuencias Impredecibles. No ocurre así cuando se utiliza el Silencio
como expresión y que conlleva un enorme Potencial de Fortaleza como, por
ejemplo, cuando un Pueblo marcha en Silencio reclamando por sus Derechos
Avasallados.
Dicho esto desde la Concepción Occidental
que tenemos por estos lares. No ocurre lo mismo en otras Culturas, en otros
Pueblos.
Pero estamos en Argentina. Entonces y en
base a la experiencia y los conceptos teóricos, el Silencio de los Dirigentes –
de todos los ámbitos – puede tomarse como una clara acción de ocultamiento,
vaya uno a saber sobre qué tema o por qué.
Y esto ocurre a
raíz de las recurrentes oportunidades donde pareciera que vamos modificar los
Errores y Horrores cometidos a lo largo de toda nuestra Historia… y volvemos a
caer en nueva Estafa Moral, otra Crisis, otro Padecimiento y la Pérdida de la
Confianza en el Otro / los Demás y, en especial, en quienes dicen dirigir
Nuestro País, viendo cómo hacen todo lo contrario a lo que dicen y, sin
embargo, muestran una Insensibilidad alarmante y solo piensan en posicionarse en
algún cargo.
Esta es la lectura que hacemos los argentinos en
general y lo expresamos a nuestra manera,
tanto en el Silencio como en la
Verborragia, Hartos de seguir Sobreviviendo y no poder continuar con una Vida
Digna - como tuvimos - y
tal como
merecemos los Seres Humanos.
De todas maneras, debemos cambiar nuestra forma de Pensar. Es muy habitual
oír hablar de una Salvadora o un Salvador y ese no es el camino,
pues vamos a
continuar equivocándonos primero y lamentándonos después.
Un Equipo que no solo se denomine a sí mismo como el mejor, sino que Proponga
Acciones Concretas, contenidas en un Plan o Programa de Políticas Públicas
Consensuado por todas las Agrupaciones Partidarias -dejando en claro que todos
los Humanos somos Políticos por Naturaleza y que, en el ámbito Partidario,
participan voluntariamente las Personas que así lo consideran y deciden -.
En lugar de palmearlos y alentarlos, a todas/os los
Candidatos y a todas las Agrupaciones Partidarias, Debemos Exigirlo pues, si así no lo
hacemos, volveremos a repetir la triste y lamentable historia cíclica una y
otra vez, sin solución alguna y destruyendo, quizá definitivamente, la Sociedad
que supimos construir con nuestros Ancestros
quienes, aun con sus limitaciones - no Culturales ni de Valores -
supieron cuál era y sigue siendo el Camino que debemos transitar: en Orden, en
Paz, con Trabajo, Salud, Educación y Seguridad en todos los aspectos.
Una vez más vuelvo a insistir: Depende de nosotros
Nunca en la historia ha estado más claro que en esta
etapa, donde los de afuera - dicho con el mayor de los respetos – toman decisiones que consideran adecuadas a
sus intereses, no a los nuestros: que debemos defender entre todas las Personas
que habitamos este Bendito y Hermoso Suelo Argentino… de lo contrario habremos
ingresado en el Peor de los Silencios y habremos dejado de Ser,
definitivamente, lo que Fuimos - con nuestras Virtudes y Defectos - aún Somos y
Podremos Ser, para lo cual Debemos Pensar en cada una de las Personas de
nuestras Familias, Amigas, Amigos, Compañeras y Compañeros de Estudio, de
Trabajo, de Club o donde cada quién sea Parte y sienta que allí tiene
Contención.
Algunos Conceptos sobre el Silencio
Preguntarse lo que significa el silencio en
un caso determinado no equivale a preguntar qué significa una cosa determinada,
sino qué significa el hecho de que alguien, en un momento determinado, no diga
nada. Qué quiere decir el no decir nada en ese caso concreto. Pues tan difícil
sería codificar a priori un significado del no decir nada en general, como
saber qué valor concreto van a adoptar los comodines de una baraja antes de
comenzar el juego y haber repartido las cartas.
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El Silencio como entidad
El silencio que nombramos en singular,
concebido como algo abstracto, no se nos muestra, pues es significado y no
significante y sólo el significante, por definición, se muestra. Por eso, exige
el silencio en singular que lo nombremos para, a través del nombre, evocarlo,
hacerlo presente como si se tratara de una entidad mítica. Por eso, lo escribo
también con mayúscula. El Silencio es el nombre que damos no a algo que
aparece, a un fenómeno, sino a algo que no aparece, a la no aparición o
desaparición. Esto otorga automáticamente al Silencio connotaciones metafísicas
y existenciales, viniendo así a ser la metáfora de lo inefable o inexpresable.
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Lo que desde luego sí podemos afirmar es
que hay que desconfiar del lenguaje oficial de la ciencia y de la política, si
no queremos hacernos cómplices del silencio que esos lenguajes encierran con
respecto a muchos aspectos de la realidad humana que son quizá los que le
otorgan su sentido más profundo.
José Luis Ramírez
Ponencia leída ante el Seminario de
Antropología de la conducta, Universidad de Verano, San Roque (Cádiz), 1989.
Publicado en Castilla del Pino, Carlos (Compilador). El silencio. Madrid:
Alianza Editorial, 1992.
¿Las redes sociales representan un espacio
de interacción y discusión de temas o son espacios donde se homogeiniza la
opinión?
Resumen:
Pew Internet Research publicó un estudio
sobre cómo las redes sociales afectan a la opinión pública, creando un efecto muy parecido a la
espiral del silencio: si un usuario encontraba que su opinión sobre
un tema era contraria a la de su comunidad virtual, entonces no la publicaría.
Las redes sociales, en este sentido, han
construido una opinión pública digital muy al margen de lo que se dice en los
medios de comunicación tradicionales, que en algunas ocasiones no sólo es
diferente, sino incluso opuesta. Esto ha impulsado que el crecimiento de los
medios digitales de información se haya disparado en los últimos años y que el
consumo de medios como televisión abierta, impresos o radio vaya a la baja.
Al revisar el caso de la opinión pública en
Internet y las redes sociales, cabría preguntarnos si éstas representan un espacio
de interacción y discusión de temas o son espacios donde se homogeniza la
opinión. La respuesta no deja de ser difícil, pues en todo caso nos costará
aceptar que somos nosotros mismos quienes limitamos nuestra opinión.